“Macondo […] aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta
años y donde nadie había muerto” (pág. 12)
Empezaré diciendo que al iniciar con esta lectura temía encontrarme con un libro pesado y centrado en la triste vida solitaria de algún personaje. Sin embargo, ¡ahora no puedo parar de leer!
Cien años de Soledad, escrito por Gabriel García Márquez
(1927 – 2014), se caracteriza por ser parte del Realismo mágico y por narrar la
vida de varios componentes de la Familia Buendía.
El libro empieza describiendo Macondo, su fundación,
introduce a José Arcadio y Úrsula Buendía y narra su vida previa antes de tener hijos.
Dentro de los aspectos a destacar está la personalidad de
José Arcadio Buendía, quien posee un carácter peculiar y un gran interés por
los “instrumentos” fantásticos vendidos por los Gitanos que visitan periódicamente
Macondo.
Melquíades, uno de los gitanos, desarrolla una estrecha
amistad junto al patriarca Buendía y le transmite la pasión por la alquimia y
otras ciencias. José Arcadio Buendía, presenta un nivel intelectual alto, una
gran capacidad de administración y un enorme afán por el conocimiento… la cual búsqueda
lo lleva a perderse.
No considero justo que José Arcadio Buendía, luego de enseñar a leer y escribir a sus hijos, José Arcadio y Aureliano, y de hasta lograr hablar en latín… pierda su protagonismo, pues lo considero uno de los personajes más importantes e increíbles.
Úrsula, por otra parte, siempre preocupada por su hogar, hasta demasiado, desde un principio se la presenta como alguien estricto y con un corazón duro (o al menos así la percibí) mientras que con el pasar del tiempo se logra conocer su amor de madre.
Se desarrollan muchísimos hechos en la historia, como la peste del sueño, la guerra, las relaciones amorosas, el nacimiento de nuevos personajes ( y recién voy por la pág. 140), pero el estilo de Gabriel García Márquez es muy fluido y hace despertar el interés.
Tan interesante resulta que ahora veo a Aureliano, Amaranta, Rebeca, José, Pietro Crespi, Úrsula, y muchos más como personas conocidas que me acompañan a diario.
Aún queda mucho que leer.
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